Este proyecto se inicia con el diseño de la habitación piloto, pensada para adaptarse a la línea estética de las habitaciones existentes pero con una imagen renovada y actualizada. A partir de este punto de partida, se desarrolla una propuesta global para todas las zonas comunes de la ampliación del hotel, buscando calidez y elegancia.
El roble se convierte en el material protagonista, aportando una textura cálida y atemporal, combinado con el color verde como acento, que se reproduce de forma sutil en diferentes espacios. Esta combinación se despliega en diferentes espacios como el spa, la terraza y otras zonas comunes, donde se han cuidado los detalles para garantizar una experiencia confortable y visualmente armoniosa. El resultado es una ampliación que dialoga con la esencia original del hotel, aportando un aire fresco y contemporáneo.